Y ayer, las clases fueron al encuentro de sus hermanados y, ya en el patio, se leyeron cuentos unos a otros, sólo se escuchaba el murmullo de las palabras, se veían ojos de complicidad mirando un libro y se sentía la imaginación volando por los aires....y nosotros, los mayores, sentíamos cómo se nos erizaba la piel...
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